3 - PRUDENCIA AL PRESCRIBIR.

El homeópata conoce, pero no  acostumbra utilizar términos científicos para nombrar una enfermedad aparte de que muchas veces los nombres producen más angustia al enfermo y crea polémicas de tratamiento con los familiares, sobre todo de aquellos  aprensivos o demasiado pensantes, pero en cambio busca el medicamento cuya sintomatología tóxica se parece más a la sintomatología actual del enfermo y como profesionista,  hace una evaluación ética del estado de gravedad del paciente,  toma en consideración el deterioro físico y constitucional que muestra el enfermo, con lo cual se da cuenta y forma conciencia de las posibilidades de emplear la homeopatía pura ó de la conveniencia de ayudarse con otro sistema, incluyendo la cirugía muchas veces inmediata e indispensable, otras como la más conveniente o como la única opción ó forma reconstitutiva porque tiene el conocimiento de la actuación de las otras terapias y para ésto forma cuadros sindrómicos al estilo homeopático, continuado con una repertorización que lo ha de llevar a conocer en vez de ponerle nombre elegante a la enfermedad, el nombre del medicamento magistral o al  más conveniente para el momento,  eligiendo en esta forma la estrategia que sea conveniente a seguir en los momentos críticos a sabiendas que no va a suprimir síntomas ,si no que en su lugar va a curar la motivación

causual no necesariamente averiguada con exámenes de laboratorio o de gabinete, pero si elevando la capacidad defensiva de acuerdo a la sintomatología producida por el agente o causa  en ese particular organismo,  evitando dejar iatrogenias eventuales ó  la enfermedad  en estado latente  y para la prescripción es muy pero muy importante que para mejorar y faciltar una coordinación  y cooperación mayor  con el sistema nervioso central se consideren siempre,  al conjunto de síntomas psíquicos y aquellos de éstos que no pueden ser estudiados científicamente y que se consideran como cosas (inconscientes) por ejemplo hábitos  alimenticios, horarios, alteraciones  ambientales y climáticas, zonas de irritación continua, infecciones frecuentes, medicamentos, traumatismos y todo lo que concierne a un verdadero interrogatorio homeópata además de los determinantes físicos y sociales que afectan al enfermo en particular, y que indudablemente están lastimando y ocasionando  trastornos al sistema  nervioso y consecuentemente, bloqueos en diversas zonas  cerebrales o en regiones orgánicas aisladas.